Un zoo en invierno es la novedad con la que han iniciado este nuevo periodo de comienzo de año. En él encontramos a un autor más sólido que nunca, donde sigue apostando por la profundización en sus personajes.

Esta es la historia de un joven muchacho, Hamaguchi, del que se espera que no se salga de la senda establecida, debido entre otras cosas, a la autoridad de su hermano mayor, quien ejerce un papel autoritario similar al de su padre fallecido, y que le recrimina constantemente que no debe preocupar a su madre. El protagonista pasa de trabajar en una pequeña empresa de textiles de su ciudad -donde se encuentra a disgusto, básicamente porque su vocación es el dibujo- a dar el paso y trasladarse a Tokyo para sorpresa de todos. Allí encontrará trabajo como asistente de un conocido mangaka. Es en este periodo donde el joven conoce a una serie de singulares personajes, y consigue establecerse planes de futuro. No será un camino fácil, y en este tebeo podremos presenciar un proceso de maduración donde Hamaguchi decidirá que es lo verdaderamente importante para él y cuales son sus principales motivaciones.

Si hay algo que podemos destacar en esta obra es su increible realismo. Sus personajes están perfectamente definidos, y las situaciones son perfectamente creibles, no se otorgan licencias de ningún tipo. El autor sigue demostrando su gran valía, si bien gráficamente se nos sigue antojando que los rostros de los personajes son en muchos casos muy similares entre sí. Es además muy recomendable para aquellos que tengan curiosidad por conocer un poco más como funciona el mundillo del manga. Un libro muy disfrutable en una edición muy cuidada, y que es imposible leer por partes: engancha mucho. Probablemente, el mejor manga que he leido desde 2009.